- Casada a los 19 años con el marqués de Chatelet, 11 años mayor que ella y militar de profesión, se puede decir que Emilie du Chatelet, aparte de sus continuos y frecuentes escarceos amorosos (con Voltaire, Maupertuis, el poeta Saint Lambert, de quien tuvo un hijo a sus 43 años, etc.) dedicó su vida al estudio y fomento de las actividades científicas. Unida sentimental e intelectualmente a Voltaire durante varios años, a quien libró de ser encarcelado en la Bastilla escondiéndolo en la residencia que el marqués tenía en Cirey, y gran estudiosa de Newton y Leibniz, mantuvo constantes contactos con los más prestigiosos matemáticos de su época (Bernouilli, Maupertuis, Clairaut, Euler,...) a quienes solía reunir de vez en cuando en Carey.
- Su contribución científica más importante fue la traducción del latín al francés de los Principia Mathematica de Newton, que derribaban las teorías de Ptolomeo sobre las leyes del universo y son considerados por muchos como el libro de mayor importancia científica jamás escrito, para lo cual necesitó naturalmente instruirse notablemente en geometría y astronomía
UN POCO MAS DE SU VIDA
Émilie du Châtelet (París, 17 de diciembre de 1706 - Lunéville, 10 de septiembre de 1749), cuyo nombre completo era Gabrielle Émilie Le Tonnelier de Breteuil, marquesa de Châtelet, fue una matemática y física francesa, traductora de Newton al francés y difusora de sus teorías.
Infancia y formación
Gabrielle-Émilie le Tonelier de Breteuil nació el 17 de diciembre de 1706 en París, hija de Louis Nicolas Le Tonnelier, barón de Breteuil, y de Gabrielle-Anne de Froulay. Fue la única mujer entre seis hermanos, de los que solo otros tres sobrevivieron hasta la edad adulta.
Su padre, el barón de Breteuil era introductor de embajadores de Luis XIV y contaba con antepasados en la magistratura y en las finanzas. Se casó tardíamente con la madre de Émilie y antes de ello mantuvo un largo y apasionado romance con Anne Bellinzani, una inteligente mujer interesada en la astronomía, con la que tuvo una hija ilegítima, Michelle. Émilie apoyó años más tarde a su hermanastra cuando esta pidió el reconocimiento de paternidad y la compensación económica correspondiente.
El barón de Breteuil fue amigo de filósofos y en su salón de París se recibía frecuentemente a científicos y matemáticos como Bernard de Fontanelle. Algunos de los personajes que visitaban a la familia, como Mme de Mézières, animaron a Émilie a desarrollar sus facultades intelectuales.
El barón de Breteuil era liberal en la educación de sus hijos y sobre todo de su hija, a la que dio la misma formación que a sus hermanos. De este modo, aunque Émilie no pudo asistir a los colegios para hombres ni a la Universidad, tuvo una exquisita formación con los mejores preceptores. A los diez años ya había leído a Cicerón y estudiado matemáticas y metafísica; a los doce hablaba inglés, italiano y alemán, y traducía textos del latín y el griego de autores como Aristóteles y Virgilio. También recibió clases de equitación, esgrima y gimnasia, algo poco habitual en las mujeres de su época. Además, era aficionada a la música y tocaba el clavecín. Sin embargo, su disciplina favorita era la matemática.
Infancia y formación
Gabrielle-Émilie le Tonelier de Breteuil nació el 17 de diciembre de 1706 en París, hija de Louis Nicolas Le Tonnelier, barón de Breteuil, y de Gabrielle-Anne de Froulay. Fue la única mujer entre seis hermanos, de los que solo otros tres sobrevivieron hasta la edad adulta.
Su padre, el barón de Breteuil era introductor de embajadores de Luis XIV y contaba con antepasados en la magistratura y en las finanzas. Se casó tardíamente con la madre de Émilie y antes de ello mantuvo un largo y apasionado romance con Anne Bellinzani, una inteligente mujer interesada en la astronomía, con la que tuvo una hija ilegítima, Michelle. Émilie apoyó años más tarde a su hermanastra cuando esta pidió el reconocimiento de paternidad y la compensación económica correspondiente.
El barón de Breteuil fue amigo de filósofos y en su salón de París se recibía frecuentemente a científicos y matemáticos como Bernard de Fontanelle. Algunos de los personajes que visitaban a la familia, como Mme de Mézières, animaron a Émilie a desarrollar sus facultades intelectuales.
El barón de Breteuil era liberal en la educación de sus hijos y sobre todo de su hija, a la que dio la misma formación que a sus hermanos. De este modo, aunque Émilie no pudo asistir a los colegios para hombres ni a la Universidad, tuvo una exquisita formación con los mejores preceptores. A los diez años ya había leído a Cicerón y estudiado matemáticas y metafísica; a los doce hablaba inglés, italiano y alemán, y traducía textos del latín y el griego de autores como Aristóteles y Virgilio. También recibió clases de equitación, esgrima y gimnasia, algo poco habitual en las mujeres de su época. Además, era aficionada a la música y tocaba el clavecín. Sin embargo, su disciplina favorita era la matemática.
Contribuciones científicas y filosóficas
- Traducción de La fábula de las abejas, de Mandeville
- Dissertation sur la nature et la propagation du feu (1739)
- Institutions de Phisique (1740)
- Réponse à la lettre de Mairan sur la question des forces vives (1741)
- Discours sur le bonheur (1779)
Principes mathématiques de la philosophie naturelle (1759)
La mujer en la ciencia - Emilie du Chatelet
Cada vez que veo una investigación de estas mujeres, quedo más impresionado por las capacidades humanas y cada vez menos impresionado con las leyes culturales. Estas mujeres han dejado huellas permanentes en el camino del crecimiento intelectual y, sin embargo, sus contribuciones son en gran parte pasadas por alto en los libros escolares y en los medios de comunicación en favor de los hombres con logros iguales.
En una sociedad donde la nobleza tuvo aversión a la noción de la educación para sus hijas surgió una de las grandes matemáticas del siglo XVIII, la francesa, Emilie du Châtelet. Cursó estudios porque lo decidió su padre desde el principio, pués pensó que ella nunca alcanzaría la belleza suficiente para garantizar un buen matrimonio. Nacida el 17 de diciembre de 1706, contra todo pronóstico logró casi todo lo que estudió. Se desenvolvió a través de tutores, frustrantes con un sinfín de preguntas y superando a ellos intelectualmente. Esgrima, equitación y gimnasia se encontraban entre sus objetivos físicos y a la edad de 12 años se manejaba con fluidez en latín, griego, italiano y alemán. Fue una consumada música, actriz, bailarina y creó fórmulas matemáticas para ayudar en los sistemas de calificaciones. Estudió a Tasso, a Virgil, a Milton y a otros grandes eruditos del tiempo.
A pesar de sus talentos en el área de idiomas, su amor verdadero eran las matemáticas. Su estudio en esta área fue animado por un amigo de la familia, M. de Mezieres, que reconoció el talento de la joven señora. El trabajo de Emilie en matemáticas era raramente original pero era substantivo.
Una sinopsis de su trabajo:
En 1737, Châtelet publicó un documento titulado "Dissertation sur la naturaleza y la propagation du feu", sobre la base de su investigación en la ciencia del fuego, que predijo lo que hoy es conocido como radiación infrarroja y la naturaleza de la luz. Su libro Institutions de Physique ("Lecciones de Física") apareció en 1740, se presenta como una revisión de nuevas ideas en materia de ciencia y filosofía para ser estudiados por su hijo de trece años de edad, donde incorporó y trató de conciliar ideas complejas de los principales pensadores de la época. En ella se combinan las teorías de Gottfried Leibniz y las observaciones prácticas de Willem's Gravesande para demostrar que la energía de un objeto en movimiento es proporcional a su masa y al cuadrado de su velocidad (E mv ²), y no directamente proporcional, como anteriormente se habían creído por Newton, Voltaire y otros. La fórmula exacta, más tarde se demostró que es Ek = (1 / 2) mv ², donde Ek es la energía cinética de un objeto, m su masa y v su velocidad. En el año de su muerte, completó los trabajos considerados como su logro excepcional: su traducción al francés, con su propio comentario, de Newton's Principia Mathematica, incluyendo su derivación a partir de sus principios de la mecánica, la noción de conservación de la energía.
Su vida personal fue casi tan emocionante como su trabajo en matemáticas. Se casó con el marqués Florent-Claude du Chastellet a los 19 años y le dio tres hijos. El matrimonio había sido arreglado y aunque siguieron estando casados, la pareja acordó vivir separados pero respetuosos con sus vidas. Al parece tenía cuatro relaciones conocidas, el más famoso y perdurable fue el asunto con el filósofo, Voltaire, con quien mantuvo una estrecha amistad mucho tiempo. Su última relación con el poeta, Jean François de Saint-Lambert dio lugar a un embarazo. Ella llevó el niño a término, pero murió poco después del nacimiento de una embolia. Murió a los 42 años, pero creo que es acertado decir que vivió de forma plena durante sus 42 años.
En una carta dirigida al Rey Frederick II de Prusia, Voltaire escribió que era "un gran hombre cuya única culpa es ser mujer
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