Sonya Kovalevsky

  • Sonya Kovalevsky, cuyo verdadero nombre era Sofia Kovalevskaia, nació en Rusia en 1850. A los 18 años, con el único objetivo de huir de la dominación familiar y continuar estudios en algún país más progresista, se casó con un estudiante de paleontología, Vladimir Kovalevski, que tenía intenciones de ir a estudiar a Alemania. En Heidelberg, gracias a la intervención personal de Kirchoff la aceptaron de estudiante de la Universidad. Allí tuvo conocimiento de la gran reputación de Karl Weierstrass , profesor de análisis matemático de la Universidad de Berlín, y se trasladó a Berlín para estudiar con él. Hizo trabajos de investigación sobre ecuaciones en derivadas paraciales, integrales abelianas y los anillos de Saturno, y obtuvo el doctorado en 1874, siendo precisamente Weierstrass quien tuvo que leer su tesis, a causa de sus dificultades con el idioma.. Fue entonces cuando el propio Weierstrass intentó conseguirle algún puesto de profesora universitaria, pero fue en vano. Unos años después, Mittag-Lefler, que también había estudiado con Weierstrass, le consiguió un puesto de profesora de Análisis Matemático en la Universidad de Estocolmo, lo que rompía moldes para una mujer de su tiempo.
  • En Estocolmo escribió el trabajo Sobre la rotación de un sólido alrededor de un punto fijo, con el cual ganó el premio Bordin de la Academia de Ciencias francesa, convirtiéndose así en la segunda mujer en obtener dicho premio.
UN POCO MAS DE SU VIDA
Sofia Vasílievna Kovalévskaya fue la primera matemática rusa de importancia y la primera mujer que consiguió una plaza de profesora universitaria en Europa (Suecia, 1881). Nacida y criada en el seno de una familia gitana rusa de buena formación académica. Sofía, era una también descendiente de Matías Corvino, rey de Hungría. Su abuelo por cuyo matrimonio con una gitana, y emparentamientos con dicha etnia, perdió el título hereditario de príncipe. Su nombre en ocasiones se translitera como Sophie, Sonya, Sonja o Sonia. Su apellido Kovalévskaya significa «la mujer de Kovalevski».

Sofya Kovalevskaya tambien fue una de las pocas mujeres que, a pesar de los prejuicios de la época, se ha hecho con un lugar muy notable en la historia de las matemáticas.
Nació en Moscú, en una familia tradicional y acomodada. En "Las hermanas Rajovsky", Sofya narra su infancia y describe su vida familiar y el círculo de amigos, entre los que se incluía el escritor Dostoievsky
Ella y su hermana Anyuta formaban parte de un movimiento moscovita en favor de la emancipación de la mujer. Deseaban salir a estudiar a Alemania, algo imposible en aquella sociedad para una mujer soltera. Se pusieron entonces en contacto con un joven paleontólogo, Vladimir Kovalevsky y le propusieron que se casara ficticiamente con una de ellas. Vladimir eligió a Sofya y, así ésta y su hermana tuvieron libertad para estudiar en Alemania, primero en Heidelberg (en 1868) y después en Berlín.
En aquella época las mujeres no podían asistir a las clases públicas, pero Karl Weierstrass, profesor de la Universidad de Berlin, estimó tan alto el talento matemático de Sofya que decidió darle clases particulares desde 1871 a 1874.
En 1874 la Universidad de Göttinger, ante la insistencia de Weierstrass, le concedió el título de Doctor in absentia (a distancia, ya que siendo una mujer el claustro no estaba dispuesto a hacerlo de otra forma).
Sin embargo, a pesar de sus dotes, su título y la influencia de Weierstrass, ninguna universidad quiso contratar los servicios de una mujer como docente.
Volvió a Rusia y más tarde a las matemáticas con la ayuda por correspondencia de Weierstrass
En 1884 fue invitada como conferenciante a la Universidad de Estocolmo. En 1888 la Academia de las Ciencias de París le concedió un importante premio por un trabajo sobre rotación de un sólido alrededor de un punto fijo
Por fin en 1889 fue nombrada profesora, gracias a su gran valía y al espíritu abierto de la Universidad en Suecia.
Dos años más tarde una epidemia de gripe en Estocolmo se lleva a Sofya, pero deja una importante labor matemática y varias obras literarias
Infancia y juventud
Vivió su infancia en Palibino, Bielorrusia. Sofia amaba desde niña la lectura y la poesía, se sentía poeta en su interior. Además de su hermana, dos de sus tíos influyeron notablemente en su vida. Uno de ellos, un auténtico amante de la lectura y aunque no era matemático le apasionaba esta ciencia; su otro tío le enseñaba ciencias y biología. A menudo se sentaba en un banco del patio para ver mecerse con el oleaje, provocado por el viento, la pelota del estanque quedándose sumergida en sus pensamientos matemáticos.
Bajo la guía del tutor de su familia, Y. I. Malevich, que Sofía comenzó sus primeros estudios reales de matemáticas. A los trece años empezó a mostrar muy buenas cualidades para el álgebra. Por esa época escribió:"Comencé a sentir una atracción tan intensa por las matemáticas, que empecé a descuidar mis otros estudios". Pero su padre, a quien le horrorizaban las mujeres sabias, decidió interrumpir las clases de matemáticas de su hija. Aun así Sofia siguió estudiando por su cuenta con libros de álgebra. Pidió prestado un ejemplar del Algebra de Bourdeu que leía a la noche cuando el resto de la familia dormía. Así, aquello que nunca había estudiado lo fue deduciendo poco a poco. Un año más tarde un vecino, el Profesor Tyrtov, presentó a la familia de Sofía un libro del que él era autor y Sofía trató de leerlo. No entendió las fórmulas trigonométrica e intentó explicárselas a sí misma. Tyrtov advirtió que ella, en su trabajo son el concepto de seno, Sofía había usado el mismo método por el cual había sido desarrollado a través de la Historia. Tyrtov discutió con el padre de Sofía que ella debía ser estimulada para estudiar matemáticas más profundamente, pero sólo varios años después se le permitió tomar lecciones particulares.
Sofia, a partir de los conocimientos que ya tenía, explicó y analizó por sí misma lo que era el concepto de seno tal y como había sido inventado originalmente. Un profesor descubrió las facultades de Sofia, y habló con su padre para recomendarle que facilitara los estudios a su hija. Al cabo de varios años su padre accedió y Sofia comenzó a tomar clases particulares.
Los años de su adolescencia fueron años de rebelión, la época de las grandes revoluciones y manifestaciones de siglo XIX en las que el socialismo feminista iba ganando terreno. Su apellido de soltera era Korvin-Krukóvskaya y era descendiente de un rey de Hungría. A los trece años se enamora del escritor Fiódor Dostoyevski, amigo de su hermana. Más tarde, al casarse, adopta el apellido del marido.

 Doctorado y cátedra

Al mismo tiempo que estudiaba comenzaba su trabajo de doctorado. Durante sus años en Berlín escribió tres tesis: dos sobre temas de matemáticas y una tercera sobre astronomía. Más tarde el primero de estos trabajos apareció en una publicación matemática a la que contribuían las mentes más privilegiadas.
Gracias a Mittag-Leffer, Sofia pudo trabajar a prueba durante un año en la universidad de Estocolmo. Durante este tiempo Sofia escribió el más importante de sus trabajos, que resolvía algunos de los problemas al que matemáticos famosos habían dedicado grandes esfuerzos para resolverlos.

[editar] Legado

Sofia Kovalévskaya muere a los cuarenta y un años, de gripe. Entre sus trabajos figuran: Sobre la teoría de las ecuaciones diferenciales, que aparece en el Journal de Crelle, y Sobre la rotación de un cuerpo sólido alrededor de un punto fijo, por el cual obtiene un importante premio otorgado por la Academia de Ciencias de París, en 1888.

 Honores

El día "Sonia Kovalevsky" sobre Matemáticas, en los High School de Estados Unidos es un programa de la Asociación de Mujeres en Matemáticas (AWM), que promueve la financiación de talleres en los Estados Unidos para alentar a las niñas a explorar las matemáticas.
La Conferencia Sonia Kovalevsky es patrocinada anualmente por la AWM, y tiene por objeto destacar las contribuciones significativas de las mujeres en los campos de la matemática aplicada o computacional. Entre las galardonadas, destacan: Irene Fonseca (2006), Ingrid Daubechies (2005), Joyce R. McLaughlin (2004) y Linda R. Petzold (2003).
El cráter lunar "Kovalevskaya" es nombrado en su honor.
La Fundación Alexander von Humboldt de Alemania otorga un premio bi-anual llamado Sofia Kovalevskaya a prometedores jóvenes investigadores de todos los campos.


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